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lunes, 23 de agosto de 2010

Dominación-sumisión

Dominación y sumisión
Dominación y Sumisión, conocida también bajo sus siglas D/s, es un conjunto de comportamientos, costumbres y prácticas sexuales centradas en relaciones de consenso que implican el dominio de un individuo sobre otro (EPE) en un contexto sexual o más genérico, parcial o global, limitado o indefinido en el tiempo. Es una de las prácticas del BDSM.
El contacto físico no es necesario y puede incluso ser inducido anónimamente vía telefónica, email o servicios de mensajería on-line instantánea. En algunos casos puede ser intensamente físicos, a veces convirtiéndose en sadomasoquismo. En D/s, cada participante siente placer o disfrute erótico por el hecho de ser dominado o dominante. Aquellos cuyo estatus es superior son llamados "dominantes", amos (masculinos) o amas (femenino) y quienes adquieren la posición subordinada se llaman "sumisos" o subs (tanto hombres como mujeres). Un Switch es un individuo que puede tomar posesión de cualquier rol. Dos switchs juntos (o juntas) pueden negociar e intercambiar roles varias veces durante una sesión. "Dominatrix" es un término generalmente reservado para una mujer, profesional, quien domina a otros por dinero.

Introducción
La dominación y la sumisión, y el conflicto interno y la rendición inherentes a ellos, son cuestiones duraderas de la cultura humana y la civilización. En la sexualidad humana, esto se ha ampliado para incluir la exploración mutua de roles, emociones y actividades que serían imposibles o complicadas de hacer sin un compañero que tomase el rol opuesto.
Aunque la D/s contenga representaciones de brutalidad y crueldad y las respuestas emocionales a ellas, los adherentes a estas prácticas rápidamente señalan que la D/s no se basa en actos de brutalidad y crueldad. Es un intercambio de poder por consenso que se realiza en una pareja que no necesariamente debe involucrar brutalidad (como por ejemplo, castigo corporal) o crueldad (abuso verbal o emocional). Se basa fundamentalmente en la confianza y la comunicación entre dos personas. También se basa en una ética profunda de respeto mutuo en la que la exploración de las emociones provocadas por un intercambio de poder ocurre de una manera segura, sana y consensuada.
El sumiso cuenta normalmente con una palabra de seguridad para prevenir que el dominante pueda traspasar los límites físicos y emocionales. Esta palabra de seguridad es importante cuando se realizan actividades de humillación o "juegos mentales" porque los sumisos pueden o no darse cuenta del límite emocional hasta que lo cruzan. Si uno de estos límites es superado y el sumiso emplea la palabra de seguridad, el dominante cesará su actividad inmediatamente y charlará este punto con el sumiso en una manera suave y comprensiva.
Una sesión de D/s puede realizarse a forma de ritual o de manera libre. Generalmente es un estilo negociable, con personas que discuten sus propios deseos, límites y necesidades a fin de encontrar puntos en común. Una relación entre D/s puede ser sexual o no, a largo o corto término, íntima o anónima. La mayoría de los adherentes buscan en estas prácticas la cierta intensidad, confianza e intimidad que son necesarias para permitir que una relación sea posible.


Intercambio Erótico de Poder
Erotic Power Exchange, abreviadamente EPE o EPC para otros, es un anglicismo que se traduce en la escena hispana del BDSM como Intercambio (o Cesión) Erótico de Poder, significando la cesión voluntaria y consensuada (en el marco de una relación de pareja) de la capacidad de decisión de una parte, en favor de la otra. La primera recibe el nombre de sumisa, pasiva o bottom, y la segunda el de dominante, activa o top. Ambas obtienen, en dicho intercambio, una recompensa en forma de placer (generalmente sexual, pero no únicamente).

Generalidades
Dentro del Erotic Power Exchange la cesión puede pactarse por un tiempo determinado (sesión) o de forma continuada (24/7), para un plano específico (el sexual, el verbal, el del vestir, etc.) o para todos (Total Power Exchange), estableciendo excepciones (el plano laboral, familiar, social, etc.) o planteado sin estas.
En realidad se trata de una terminología reciente para algo que siempre se ha definido en el área hispano parlante como relaciones de Dominación y sumisión, (D/s), pero incorporando la nomenclatura actual inglesa. Dada la influencia cultural del ámbito anglosajón, es probable que en años venideros la definición de EPE vaya desplazando gradualmente a la de d/s. Ambas describen la misma situación, como atestigua la E.P.E.I.C. (Erotic Power Exchange Information Center), una de las organizaciones mundiales más reconocidas dentro del BDSM, que trabaja en común con la International Maledom/femsub Guild, sociedad que ampara a los grupos BDSM con presencia en Internet:
§  EPC es toda relación entre adultos que de forma voluntaria incorporan los elementos de dominación (poder) en sus relaciones amorosas -y usualmente asimismo en una gran parte de sus vivencias diarias. E.P.C es más conocido como BDSM, S/M, D/s o sadomasoquismo, pero todos esos términos son demasiado limitados, incorrectos y a menudo se confunden con estereotipos y afecciones mentales, por lo que preferimos la denominación E.P.C. Esta puede tomar cualquier forma, dentro de una relación. Desde los juegos de sumisión amorosa en una pareja que hace el amor, hasta las relaciones totales 24/7, 24 horas al día, 7 días a la semana.
El perfil que adopta una u otra relación, dependerá enteramente de las fantasías de sus integrantes, de los pactos entre ellos, etc. En tanto esta relación sea consensuada, informada, sensata, presidida por el sentido común y voluntaria, la comunidad BDSM las entenderá como D/s, o en la terminología anglosajona EPE, Erotic Power Exchange. Si faltan uno o varios de esos elementos identificativos, el resultado sería el de una situación de abuso.

viernes, 20 de agosto de 2010

Bondage


Bondage (del inglés to bind, maniatar) es una denominación aplicada a los encordamientos eróticos ejecutados sobre una persona vestida o desnuda.
Los atamientos pueden hacerse sobre una parte o sobre la totalidad del cuerpo, utilizando generalmente cuerdas especiales que pueden encontrarse en cualquier sex-shop, pero también, con cierta frecuencia, cadenas (aunque esto estaría más próximo del BDSM), y, más en general, cualquier otra cosa que pueda servir para inmovilizar a una persona. Con cierta frecuencia, a la persona se le aplica una mordaza.
El bondage puede usarse como práctica estético-erótica, como parte de una relación BDSM, como una variante erótica más o como elemento en ceremonias de dominación o de sadomasoquismo. Aunque existen desacuerdos (especialmente cuando sólo se usan cuerdas), se suele considerar como formando parte de la llamada cultura BDSM.

Bondage y erotismo

A pesar de que este tipo de prácticas sólo recientemente se han empezado a recoger en obras de divulgación sobre sexualidad, el deseo sexual ligado a la inmovilización está muy extendido y se conoce desde antiguo, como lo muestran numerosas imágenes de intención aparentemente no erótica.
¿Por qué a algunas personas les atrae el juego de ser atadas? La razón que con más frecuencia se invoca es la liberación de inhibiciones y responsabilidades, en la medida en que confían las llaves del juego erótico a otra persona, que es quien marca las pautas a seguir. La sensación de dejarse llevar, de despreocupado abandono erótico, es para muchas personas altamente gratificante en el plano sexual.
A algunas personas les atraen también las sensaciones físicas: la presión de la cuerda, la imposibilidad de moverse, el roce o incluso la abrasión producida por la cuerda al desplazarse sobre la piel. Ligado a esto último está asimismo el placer obtenido por la adrenalina que genera el peligro simbólico. Atrae igualmente la sensación de impotencia cuando se hacen intentos por liberarse; a algunas personas les agrada realizar estos intentos mientras son estimuladas sexualmente por la persona activa, aunque el bondage no implica necesariamente contacto sexual. Es frecuente asimismo el uso del bondage en los llamados "juegos de sumisión" o juegos en los que se representan roles amo/esclavo. Finalmente, el bondage puede utilizarse como complemento de otras prácticas sexuales, incluso de tipo enteramente convencional, para estimular la libido de la persona que recibe el bondage y/o de la persona que lo ejecuta.
En este contexto, algunas de las razones que las personas activas suelen dar con más frecuencia para explicar su afición al bondage, son el estímulo que genera tener la total responsabilidad sobre el placer sexual del compañero o compañera, el placer creativo y estético unido a la visión del cuerpo humano encordado como una singular obra de arte, y otras razones, que son complementarias de las que interesan a quienes asumen el rol pasivo.
En la práctica del bondage pueden intervenir otros complementos, como: máscaras, vendas, mordazas, plugs, columpios, etc.


La seguridad en la práctica del bondage

No dejar nunca sola a una persona atada.El bondage se basa en una relación de confianza entre la persona atada y la persona que ata. Sobre esta última recae el grueso de la responsabilidad, dada la indefensión (previamente consensuada) de la otra. Para evitar accidentes, que en ocasiones pueden llegar a ser graves, se suelen seguir algunas normas básicas de seguridad:
  • No pasar jamás una cuerda alrededor del cuello.
  • Contar a mano con unas tijeras funcionales, como medio de liberar rápidamente a la persona atada.
  • Prevenir los riesgos de caída: una persona atada puede llegar a sufrir un accidente serio si cae hacia atrás.
  • No realizar suspensiones con la persona atada si no se tiene la suficiente experiencia, ya que es una operación delicada.
  • No utilizar nunca nudos corredizos u otros tipos de nudos resbaladizos.
  • Realizar sesiones de corta duración si las posiciones son incómodas o si la persona que ata no es experimentada.
  • Hidratar regularmente a la persona atada y suministrarle líquidos.
  • Muchas de las posturas que se reproducen en el material gráfico sobre bondage, son de exhibición, no pueden ser reproducidas sin un alto dominio de la técnica. No se deben correr riesgos innecesarios.
El autobondage (es decir, la práctica del bondage en solitario, en donde la persona pasiva y activa son la misma) es una práctica de alto riesgo, pese a ser muy popular en los Estados Unidos, y precisa de seguros y amplios conocimientos sobre sus técnicas, prevenciones y riesgos, siendo de todos modos desaconsejado por la mayor parte de las instituciones más afamadas del BDSM y del Bondage. Un importante porcentaje de todos los accidentes mortales que se dan en Estados Unidos relacionados con el autoerotismo, proviene de la comunidad de practicantes de ese tipo de bondage extremo.
Las personas que practican este también denominado arte sexual suelen estar en todo momento muy pendientes de las necesidades y del placer de su compañero o compañera; no hay que olvidar que para muchos de sus practicantes se trata de un juego sexual, con roles de sumisión escenificados como parte del juego. Es cierto, sin embargo, que también existe un importante sector que lo practica de forma consensuadamente ritualizada, donde todos los elementos que se incorporan responden a implicaciones profundas y consensuadas entre las partes, sin rastro alguno de elemento de juego o escénico.

El arte japonés del encordamiento.

El bondage japonés o shibari, totalmente opuesto a los cordajes de orientación occidental, se construye por etapas, con una considerable atención a los tiempos: primero se inmoviliza el tronco, luego las nalgas y el vientre, y finalmente el cuerpo en su conjunto.
Como parte básica de nuestro equipamiento necesitaremos una o dos cuerdas de 7 u 8 metros. El contar con algunas cuerdas cortas, de tres o cuatro metros, rompe la ortodoxia del bondage tradicional pero nos ayudará mucho al comienzo.
Las 3 prácticas básicas son:
  • Shinju: bondage de senos – las perlas.
  • Sakuranbo: bondage de nalgas - las cerezas.
  • Karada: bondage corporal entero - el cuerpo.


SHINJU – Las perlas



3 cuerdas cortas o una larga y una corta
1. Envuelve el tórax con una de las cuerdas, bajo los senos, manteniendo una presión constante. Anuda la cuerda en la espalda, a la izquierda de la columna vertebral.
2. Repetir la operación con otra cuerda, pero justo sobre los senos, a no ser que se emplee una sola cuerda para todo.
3. Doblar la cuerda 3 y pasarla bajo las otras entre los senos, cruzándola una o dos veces y luego llevarla hacía la espalda formando una V. Tensar la cuerda a fin de sostener y erguir los senos. Anudar nuevamente la cuerda a la espalda, pero no sobre la columna vertebral.
4. La presión mantenida sobre los senos, los irá haciendo cada vez más sensibles, junto con la estimulación de los puntos del shiatsu.


SAKURANBO – Las Cerezas -

De una a tres cuerdas
1. Se toma una cuerda, se dobla y se hace un nudo simple para pasar un bucle. El bucle se realiza bajo el ombligo, se enlaza el talle y se pasa los extremos de la cuerda por el bucle.
2. Volver a descender con la cuerda hacia el sexo, pasándolo entre los labios mayores, en el caso de una modelo femenina.
3. Volver a subir entre las nalgas y anudar a la cuerda que ciñe el talle.
Las otras dos cuerdas se enrollan en torno a ambos muslos, bajo las nalgas, atando sobre el exterior del muslo, dejando unos 30 cm libres. Con ese trozo, se sube hacía la espalda y se anuda a la de la cintura. El nombre de esta técnica proviene de la forma de ambas cuerdas alrededor de los muslos, que evoca un par de cerezas.


KARADA – EL Cuerpo -



Se precisa una cuerda larga
1. Se pliega la cuerda en dos, y se pasa alrededor del cuello, dejando caer ambos cabos a cada lado del cuerpo.
2. Hacer un nudo justo por encima de los senos, otro entre los mismos, el tercero a mitad de camino entre el segundo y el ombligo, y el cuarto entre el ombligo y los genitales.
3. La cuerda se pasa entre las piernas, subiendo lo largo de la columna y pasando los extremos por el bucle del cuello, dejándolos colgar de nuevo hacía abajo.
4. Ahora se separan ambos extremos y se traen sobre el tórax, uno por cada lado, justo bajo los pechos.
5. Se los cabos bajo las cuerdas, y se vuelve sobre la espalda, haciendo un nudo.
6. La cuerda se pliega en dos, pasando alrededor del cuello, dejando caer un trozo por delante de cada lado del cuerpo.
7. Hacer un nudo justo por encima de los pechos, otro entre los pechos, el tercero a mitad de camino entre el segundo y el ombligo, y un cuarto nudo entre el ombligo y el sexo.
8. Pasar la cuerda entre las piernas, subir a lo largo de la columna vertebral y pasar ambos cabos por el bucle del cuello (también puedes empezar de nuevo hacia la espalda, antes de pasar los cabos por el bucle).
9. Separar ambos cabos, traerlos sobre el tórax, uno por cada lado, justo bajo los pechos.
10. Se pasan los cabos bajo las cuerdas y se llevan a la espalda para pasarlos por el bucle de la espalda.
11.Se comienza de nuevo esa misma operación (9 y 10) hasta el fin de la cuerda.



lunes, 16 de agosto de 2010

BDSM, generalizando


BDSM es la denominación usualmente empleada para designar una serie de prácticas y aficiones sexuales relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina sexualidad extrema convencional.
El término se emplea a menudo, de forma equivocada, como sinónimo de sadomasoquismo. En realidad, es una sigla que describe prácticas de sexualidad no convencional, y que da nombre a lo que hoy en día es considerado como una subcultura específica. El BDSM se halla estrechamente asociado con la subcultura leather. El acrónimo está formado por las iniciales de algunas de dichas prácticas:
  • Bondage: B
  • Disciplina y Dominación: D
  • Sumisión y Sadismo: S
  • Masoquismo: M

El término BDSM aparece por primera vez en abril de 1991, en torno al foro de noticias por Internet denominado alt.sex, como la yuxtaposición de dos abreviaturas contrapuestas, BD (bondage y dominación) y SM (sadomasoquismo), que en realidad se habían creado, precisamente, para distinguir del sadomasoquismo (que gozaba de una conocida mala imagen) a las "otras" aficiones. Paradójicamente, es desde el momento en que se trata de unificar ambas corrientes, cuando la subcultura que las engloba empieza un desarrollo vertiginoso. Dado que BDSM es una palabra que abarca términos muy dispares, no es fácil dotarla de una historia más allá del comienzo de su uso como acrónimo, al margen del que corresponda a cada uno de sus componentes.
Como elemento globalizador, el BDSM tiene escasas décadas de vida y se inicia cuando diversas asociaciones de activistas homosexuales S/M de EE.UU. e Inglaterra tratan de crear un mismo espacio subcultural para actividades hasta ese momento bien distintas, como la Dominación, el Bondage, el Fetichismo o el Sadomasoquismo. Es la época de la Old Guard, mediados de los 70, y su libro de cabecera es Leatherman's Handbook. Durante este periodo, el movimiento conserva su vinculación con el mundo homosexual masculino, sin abrirse a los espacios hetero o de homosexualidad femenina y rechazando la idea de admitir a activistas switch (es decir, quienes se confesaban cómodos en ambos roles) entre sus filas. También rechazaban frontalmente la admisión de quienes quiera que considerasen las relaciones B/D y S/M como solo juego.
No es hasta principios de los 80 cuando el movimiento BDSM comienza a englobar también a la cultura heterosexual y lésbica, siendo promotores de ese sustancial cambio grupos como el colectivo lésbico Samois y otros.
A principios de los 90, empieza lo que hoy conocemos como el periodo de la New Guard (Guardia joven o nueva), que se caracteriza por la decidida apertura hacia el mundo heterosexual y de la homosexualidad femenina, la aceptación del fenómeno switch, la inclusión de elementos de sensibilidad interior (dominación psicológica, relaciones D/S sin inclusión de rasgos sadomasoquistas, etc.), la aceptación de quienes practicaban el sólo juego, y la participación activa de la mujer heterosexual en el asociacionismo BDSM.

La comunidad internacional vinculada al BDSM viene poniendo especial énfasis en que las prácticas sean SSC, es decir, Safe, Sane and Consensual (seguro, sensato y consensuado), término acuñado en 1983 por David Stein. Su ideólogo lo definió del siguiente modo:
Las relaciones BDSM deben seguir un modo seguro, sensato y consensuado respecto a sus prácticas:
  • Seguras, en cuanto al conocimiento necesario sobre su desarrollo y sobre el material usado, así como sobre la prevención de riesgos.
  • Sensatas, en cuanto a la capacidad razonable de decisión por parte de los actores, no alterada por drogas o bebidas y acorde con la experiencia de cada participante, sabiendo diferenciar fantasía y realidad.
  • Consensuadas, en cuanto a que los participantes estén de acuerdo sobre la forma e intensidad con la que se realicen, e igualmente que dicho acuerdo pueda rescindirse en cualquier momento.
Sin embargo, lo que en su inicio fue una definición creada para deslindar el campo del sadomasoquismo consensuado del de los malos tratos (sobre el que la sociedad estadounidense mantenía una severa prevención), fue desarrollando en algunos pequeños grupos modelos de intransigencia muy alejados del propósito inicial y de la metodología de sus creadores. Esto llevó al propio David Stein a distanciarse del abuso que algunas personas hacían de su eslogan.
Desde los años noventa surge un nuevo concepto, el Rack, que reúne en torno a su definición un elevado número de activistas. Rack es el acrónimo de Risk Aware Consensual Kink, que viene siendo traducido en la comunidad hispanoparlante como riesgo asumido y consensuado para prácticas de sexualidad alternativa (o no convencional): racsa. El racsa pone los acentos en la responsabilidad propia de los participantes en una actividad BDSM, responsabilidad informada y consensuada para evaluar y asumir los riesgos de dicha actividad. Más que una diferencia semántica o de concepto, los partidarios del racsa tratan de modernizar una definición (la del SSC) que se concibió fundamentalmente para trazar una línea divisoria con los malos tratos o la violencia de género, pero que sus mismos impulsores han tenido que reconocer, una y otra vez, que su propósito original estaba siendo defraudado y prostituido por el uso intolerante, extremista y poco inteligente por parte de algunos grupos marginales dentro de la comunidad BDSM.
La mayor parte de los activistas de la escena adoptan actualmente la postura de señalar la definición SSC como adecuada para comunicarse con el mundo de la sexualidad convencional o vainilla, mientras que sostienen que el término racsa define con mayor rigor y precisión las prácticas BDSM reales.

En el BDSM se identifican dos roles: dominante (también usado el término top, o activo ) y sumiso (también bottom o pasivo). El dominante es el que disfruta de estas prácticas manteniendo la iniciativa y el control de la acción, mientras que la parte sumisa obtiene placer al entregarse en manos del dominante, para que sea éste quien le dirija.
Además, algunas personas gustan de ejercer ambos roles, dependiendo del momento o de la persona con la que actúe. En ese caso se habla de un activista switch, término inglés con el que se designa aquello capaz de conmutar o invertir una acción o un fenómeno.
Existen categorías también dentro de los distintos roles:
  • Tutor: es aquella persona experimentada ya en el BDSM que inicia a otra. Puede ejercerse en cualquier rol, es decir, una persona sumisa puede ser la tutora de un Dominante. Sin embargo, lo más habitual es que un Dominante ejerza como Tutor de otro Dominante o de un sumiso.
  • Maestro: Se considera Maestro a aquel Dominante que ejerce su rol de manera impecable a ojos del sumiso, que es quien le da este título si así lo considera.
  • Amo: Dominante poseedor de uno o varios sumisos.
  • Esclavo: sumiso que aparentemente no tiene límites.