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viernes, 20 de agosto de 2010

Bondage


Bondage (del inglés to bind, maniatar) es una denominación aplicada a los encordamientos eróticos ejecutados sobre una persona vestida o desnuda.
Los atamientos pueden hacerse sobre una parte o sobre la totalidad del cuerpo, utilizando generalmente cuerdas especiales que pueden encontrarse en cualquier sex-shop, pero también, con cierta frecuencia, cadenas (aunque esto estaría más próximo del BDSM), y, más en general, cualquier otra cosa que pueda servir para inmovilizar a una persona. Con cierta frecuencia, a la persona se le aplica una mordaza.
El bondage puede usarse como práctica estético-erótica, como parte de una relación BDSM, como una variante erótica más o como elemento en ceremonias de dominación o de sadomasoquismo. Aunque existen desacuerdos (especialmente cuando sólo se usan cuerdas), se suele considerar como formando parte de la llamada cultura BDSM.

Bondage y erotismo

A pesar de que este tipo de prácticas sólo recientemente se han empezado a recoger en obras de divulgación sobre sexualidad, el deseo sexual ligado a la inmovilización está muy extendido y se conoce desde antiguo, como lo muestran numerosas imágenes de intención aparentemente no erótica.
¿Por qué a algunas personas les atrae el juego de ser atadas? La razón que con más frecuencia se invoca es la liberación de inhibiciones y responsabilidades, en la medida en que confían las llaves del juego erótico a otra persona, que es quien marca las pautas a seguir. La sensación de dejarse llevar, de despreocupado abandono erótico, es para muchas personas altamente gratificante en el plano sexual.
A algunas personas les atraen también las sensaciones físicas: la presión de la cuerda, la imposibilidad de moverse, el roce o incluso la abrasión producida por la cuerda al desplazarse sobre la piel. Ligado a esto último está asimismo el placer obtenido por la adrenalina que genera el peligro simbólico. Atrae igualmente la sensación de impotencia cuando se hacen intentos por liberarse; a algunas personas les agrada realizar estos intentos mientras son estimuladas sexualmente por la persona activa, aunque el bondage no implica necesariamente contacto sexual. Es frecuente asimismo el uso del bondage en los llamados "juegos de sumisión" o juegos en los que se representan roles amo/esclavo. Finalmente, el bondage puede utilizarse como complemento de otras prácticas sexuales, incluso de tipo enteramente convencional, para estimular la libido de la persona que recibe el bondage y/o de la persona que lo ejecuta.
En este contexto, algunas de las razones que las personas activas suelen dar con más frecuencia para explicar su afición al bondage, son el estímulo que genera tener la total responsabilidad sobre el placer sexual del compañero o compañera, el placer creativo y estético unido a la visión del cuerpo humano encordado como una singular obra de arte, y otras razones, que son complementarias de las que interesan a quienes asumen el rol pasivo.
En la práctica del bondage pueden intervenir otros complementos, como: máscaras, vendas, mordazas, plugs, columpios, etc.


La seguridad en la práctica del bondage

No dejar nunca sola a una persona atada.El bondage se basa en una relación de confianza entre la persona atada y la persona que ata. Sobre esta última recae el grueso de la responsabilidad, dada la indefensión (previamente consensuada) de la otra. Para evitar accidentes, que en ocasiones pueden llegar a ser graves, se suelen seguir algunas normas básicas de seguridad:
  • No pasar jamás una cuerda alrededor del cuello.
  • Contar a mano con unas tijeras funcionales, como medio de liberar rápidamente a la persona atada.
  • Prevenir los riesgos de caída: una persona atada puede llegar a sufrir un accidente serio si cae hacia atrás.
  • No realizar suspensiones con la persona atada si no se tiene la suficiente experiencia, ya que es una operación delicada.
  • No utilizar nunca nudos corredizos u otros tipos de nudos resbaladizos.
  • Realizar sesiones de corta duración si las posiciones son incómodas o si la persona que ata no es experimentada.
  • Hidratar regularmente a la persona atada y suministrarle líquidos.
  • Muchas de las posturas que se reproducen en el material gráfico sobre bondage, son de exhibición, no pueden ser reproducidas sin un alto dominio de la técnica. No se deben correr riesgos innecesarios.
El autobondage (es decir, la práctica del bondage en solitario, en donde la persona pasiva y activa son la misma) es una práctica de alto riesgo, pese a ser muy popular en los Estados Unidos, y precisa de seguros y amplios conocimientos sobre sus técnicas, prevenciones y riesgos, siendo de todos modos desaconsejado por la mayor parte de las instituciones más afamadas del BDSM y del Bondage. Un importante porcentaje de todos los accidentes mortales que se dan en Estados Unidos relacionados con el autoerotismo, proviene de la comunidad de practicantes de ese tipo de bondage extremo.
Las personas que practican este también denominado arte sexual suelen estar en todo momento muy pendientes de las necesidades y del placer de su compañero o compañera; no hay que olvidar que para muchos de sus practicantes se trata de un juego sexual, con roles de sumisión escenificados como parte del juego. Es cierto, sin embargo, que también existe un importante sector que lo practica de forma consensuadamente ritualizada, donde todos los elementos que se incorporan responden a implicaciones profundas y consensuadas entre las partes, sin rastro alguno de elemento de juego o escénico.

El arte japonés del encordamiento.

El bondage japonés o shibari, totalmente opuesto a los cordajes de orientación occidental, se construye por etapas, con una considerable atención a los tiempos: primero se inmoviliza el tronco, luego las nalgas y el vientre, y finalmente el cuerpo en su conjunto.
Como parte básica de nuestro equipamiento necesitaremos una o dos cuerdas de 7 u 8 metros. El contar con algunas cuerdas cortas, de tres o cuatro metros, rompe la ortodoxia del bondage tradicional pero nos ayudará mucho al comienzo.
Las 3 prácticas básicas son:
  • Shinju: bondage de senos – las perlas.
  • Sakuranbo: bondage de nalgas - las cerezas.
  • Karada: bondage corporal entero - el cuerpo.


SHINJU – Las perlas



3 cuerdas cortas o una larga y una corta
1. Envuelve el tórax con una de las cuerdas, bajo los senos, manteniendo una presión constante. Anuda la cuerda en la espalda, a la izquierda de la columna vertebral.
2. Repetir la operación con otra cuerda, pero justo sobre los senos, a no ser que se emplee una sola cuerda para todo.
3. Doblar la cuerda 3 y pasarla bajo las otras entre los senos, cruzándola una o dos veces y luego llevarla hacía la espalda formando una V. Tensar la cuerda a fin de sostener y erguir los senos. Anudar nuevamente la cuerda a la espalda, pero no sobre la columna vertebral.
4. La presión mantenida sobre los senos, los irá haciendo cada vez más sensibles, junto con la estimulación de los puntos del shiatsu.


SAKURANBO – Las Cerezas -

De una a tres cuerdas
1. Se toma una cuerda, se dobla y se hace un nudo simple para pasar un bucle. El bucle se realiza bajo el ombligo, se enlaza el talle y se pasa los extremos de la cuerda por el bucle.
2. Volver a descender con la cuerda hacia el sexo, pasándolo entre los labios mayores, en el caso de una modelo femenina.
3. Volver a subir entre las nalgas y anudar a la cuerda que ciñe el talle.
Las otras dos cuerdas se enrollan en torno a ambos muslos, bajo las nalgas, atando sobre el exterior del muslo, dejando unos 30 cm libres. Con ese trozo, se sube hacía la espalda y se anuda a la de la cintura. El nombre de esta técnica proviene de la forma de ambas cuerdas alrededor de los muslos, que evoca un par de cerezas.


KARADA – EL Cuerpo -



Se precisa una cuerda larga
1. Se pliega la cuerda en dos, y se pasa alrededor del cuello, dejando caer ambos cabos a cada lado del cuerpo.
2. Hacer un nudo justo por encima de los senos, otro entre los mismos, el tercero a mitad de camino entre el segundo y el ombligo, y el cuarto entre el ombligo y los genitales.
3. La cuerda se pasa entre las piernas, subiendo lo largo de la columna y pasando los extremos por el bucle del cuello, dejándolos colgar de nuevo hacía abajo.
4. Ahora se separan ambos extremos y se traen sobre el tórax, uno por cada lado, justo bajo los pechos.
5. Se los cabos bajo las cuerdas, y se vuelve sobre la espalda, haciendo un nudo.
6. La cuerda se pliega en dos, pasando alrededor del cuello, dejando caer un trozo por delante de cada lado del cuerpo.
7. Hacer un nudo justo por encima de los pechos, otro entre los pechos, el tercero a mitad de camino entre el segundo y el ombligo, y un cuarto nudo entre el ombligo y el sexo.
8. Pasar la cuerda entre las piernas, subir a lo largo de la columna vertebral y pasar ambos cabos por el bucle del cuello (también puedes empezar de nuevo hacia la espalda, antes de pasar los cabos por el bucle).
9. Separar ambos cabos, traerlos sobre el tórax, uno por cada lado, justo bajo los pechos.
10. Se pasan los cabos bajo las cuerdas y se llevan a la espalda para pasarlos por el bucle de la espalda.
11.Se comienza de nuevo esa misma operación (9 y 10) hasta el fin de la cuerda.



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